Monjas Cistercienses

Vida Monàstica Contemplativa

Nuestra Orden

Hacemos parte de la Orden Cisterciense nacida en Citeaux en Francia en el 1098, como renovaciòn de la vida benedictina, realizada por los Santos Roberto, Alberico y Esteban. A ellos se agregò en el 1112 San Bernardo que diò un cambio radical a la Orden y por esto es considerado el cofundador.
Desde entonces nuestra Orden es totalmente consagrada a la Virgen Marìa.
El primer monasterio femenino fue el de Tart en el 1125. Desde entonces la Orden goza de una rica espiritualidad mìstica femenina. Sobresale la figura de Santa Gertrudes: la primera teologa del Sagrado Corazòn de Jesùs y por esto se mereciò un puesto en el Calendario Romano; la Iglesia dice de su corazòn que es la digna morada de Dios.La historia de la Orden es iluminada por muchos otros santos: Elredo, Isaac, Guerrico, Metilde, Lutgarda, Beatriz, Edvige, ...

Actualidad del carisma Cisterciense

La Orden desde sus inicios ha querido caminar con la Iglesia, siguiendo con espìritu de filial obediencia sus directivas y los cambios necesarios, impuestos por las exigencias de los varios siglos.
Fué determinante nuestra influencia monàstica para el movimiento de reforma del Concilio Vaticano II: la Sagra-da Escritura, la lectio divina, la doctrina de los Padres de la Iglesia, las solemnidades y ciudado de la Sagrada Litur-gia, que desde siempre son el nutrimiento de nuestra vida espiritual, son revalorizados hoy por el mismo Concilio.
Hacemos nuestra las ansias de la Iglesia entre las cuales la unidad de los cristianos y el diàlogo ecumènico.
Queda inalterato en los siglos el carisma benedictino de no anteponer nada al amor y a la bùsqueda de Dios; y en la fidelidad al carisma de nuestros fundadores, tres son los elementos principales de nuestra espiritualidad: soledad, sencillez y pobreza.

Nuestra vida es …
… un continuo buscar a Dios …


… en la soledad y en el silencio


Nuestro Monasterio surge sobre la roca, rodeado por las verdes montañas. La sugestividad de la belleza de la naturaleza, del silencio circunstante, de la soledad que se siente, facilitan la contemplaciòn orante de laudes y agradecimientos al Dios Creador.
Ademàs del ambiente solitario, tambièn el estilo de vida calma y la practica del silencio externo llevan a la paz del corazòn, a la oracion continua aùn durante las horas de trabajo, a la contemplaciòn, porque Dios habla en el silencio.
El silencio externo permite entonces de respetar el recogimiento de las hermanas y de facilitar el nuestro.


… en el destacamento

Cada dia somos llamadas con la ayuda de los consejos evangèlicos al despego; aquel de los afectos domèsticos para ser màs dispuestas hacia la comunidad monàstica y la humanidad entera; el despego de los proyectos privados de vida para dar màs espacio a aquellos de Dios; el despego del poseer bienes terrenos para buscar aquellos eternos del Reino de Dios.

"Alabados sean Jesùs y Marìa" es nuestro saludo al huesped que llama, toca a la puerta o escribe: palabras sinceras de quien reconoce en el otro a Jesùs o Marìa Virgen que vienen a visitarnos. Por lo tanto, en los lìmites de nuestro espacio, ofrecemos una calurosa hospitalidad.

. en la caridad fraterna


Vivendo en comunidad y reconociendo que solo Dios es sin defecto, en primer lugar estamos llamadas a soportar la una las enfermedades morales de la otra.
Quien cocina, quien arregla el comedor, quien sirve, lo hace para servir las hermanas y en ellas el Señor; una lectora tambièn se presta en el comedor para nutrir el espìritu de las comensales.
La dèbil o necesitada se humilla por el nece-sario que recibe, quien no tiene necesidad dà gracias a Dios y no se entristece.
La anciana ama las jòvenes con su exuberancia y la jòven respeta y venera las ancianas no obstante las enfermedades fìsicas tìpicas de la edad.
Asì educada la relaciòn entre los miembros es mucho màs sencilla y familiar.

en la palabra de la Abadesa
La Madre Abadesa, nuestra Superiora, preside la Comunidad. Segùn la Regla de San Benito ella hace las veces de Cristo en el Monasterio.

en la oracion

Fulcro de la jornada monàstica es la Misa matutina cantada. La jornada de trabajo viene despuès equilibrada de la salmodia en comùn del Oficio Divino, de la lectio divina y de la oracion personal. La lectio divina es el nutrimiento del alma: en primer lugar la Sagrada Escritura, despuès tam-bièn los Padres de la Iglesia y de la Vida Monàstica, los libros de ascètica y mìstica. Periòdicamente tenemos dias de ritiro espiritual.

"Mirad, Aquèl que es el deseado de todas las gentes està afuera y toca a tu puerta. No suceda que, por tu demora, El pase màs allà y tù debas de nuevo, llorando, buscar el amado de tu alma. Levàntate, corre, abre. Levàntate con tu fe, corre con tu afecto, abre con tu consentimento"
(San Bernardo)

Para màs informaciòn, puedes escribir a:

Madre Abadesa
Monastero Cistercense di San Leonardo
I - 67015 Montereale (AQ) - ITALY


… o a la direcciòn de correo electrònico:
lledaron@hotmail.com,
escribiendo al Padre Jhon Jairo Sepùlveda Calle